Dentro del sector financiero, el Open Banking es un modelo en el que los clientes de bancos u otras instituciones afines, dan paso a que sus datos se intercambien con otros tipos de entidades. El concepto tiene por objetivo aumentar la competencia entre los proveedores y así entregar productos y servicios de mayor calidad para las personas.
Una situación que refleja esta tendencia es cuando un usuario cotiza un crédito hipotecario con distintos bancos. Por medio del Open Banking, podrá examinar cuál de ellos le es más conveniente en cuanto a precios, mientras que la entidad financiera del cliente entregará todos sus antecedentes crediticios. De esta manera, su banco autoriza e intercambia los datos, la otra empresa o comprador de precios evalúa el riesgo del usuario y le ofrece servicios que se adapten a sus necesidades.
El 4 de enero de 2023, se publicó en el Diario Oficial la “Ley Fintech”, la cual crea un marco regulatorio para los servicios y productos financieros que se basan en tecnologías. Tiene el fin de beneficiar a los usuarios y también crea un Sistema de Finanzas Abiertas (Open Banking). Pero para que este y otros títulos de la ley entren en vigencia, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) debe dictar una serie de normas que apliquen y fiscalicen el cumplimiento de los servicios ofrecidos.
El reglamento se encuentra en pleno desarrollo, y debería estar listo en un plazo de 18 meses contados desde la publicación de la Ley Fintech. Establecerá exigencias y condiciones de ciberseguridad, e incluirá un calendario de implementación gradual para los proveedores y otros participantes quienes, una vez que se dicte la norma, tendrán un plazo de 12 meses para presentar solicitudes de inscripción y autorización a la CMF.
Gracias a la instauración del Open Banking en Chile, las instituciones financieras ya no tendrán restricciones a la hora de compartir sus datos con usuarios e interfaces, permitiendo amplificar la oferta de servicios y productos, así como la competitividad e inclusión dentro del mercado.
Si bien las entidades financieras tendrán la facultad para compartir el historial financiero de sus clientes con otros competidores, la ley establece que serán las personas quienes previo consentimiento con su banco, autorizarán el intercambio de su propia base de datos.
Además, el funcionamiento de un sistema de Open Banking necesita una infraestructura de comunicación segura entre las empresas que compartan esta información. Estableciendo estándares de seguridad y de protección de datos.